O de como no es oro nada de lo que reluce, excepto las escamas de los pescados, por Óscar Sánchez.
Más de hora y cuarto dura el spot con que Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y comprador de Whatsapp, Oculus, Instagram y otras, trata de convencernos de que el futuro pasa por su manos. El hombre lo hace ataviado de mallas negras de cuerpo entero, luciendo entre gimnasta y ninja, pero con un rostro raruno que lo traiciona, puesto que finalmente lo que parece es un alien que se ha infiltrado en la tierra para sorbernos el seso. Mueve mucho los brazos, durante la grabación, en un ademán como de querer acapararlo todo, o como de dar a luz (infinidad de mundos posibles, nada menos), sacándolo todo de su ubérrimo interior, pero -otro pero…- su dicción es demasiado mecánica, y cuando cambia el ángulo de la cámara o recibe a un colaborador se le escapa una mueca de esfuerzo. Dichos colaboradores son de todas las etnias, y, por supuesto, de ambos géneros, como es políticamente correcto, y todos ellos son niños grandes, como Zuck, tipos y tipas a los que se les ve más ufanos y positivos que las margaritas. Ellos son no únicamente los desarrolladores del Metaverso, sino también el modelo humano de la clase de personas que ese nuevo Limbo va a generar espontáneamente: sujetos felices, correctos, homogéneos, para los que tener trato con su prójimo es lo mismo que hacer negocios, y a la inversa, hacer negocios no es más que la forma única de la amistad. Meta va a ser el marco de todo negocio posible del porvenir, es decir, que su negocio consiste en poner la sede virtual que hace posible toda otra operación mercantil, de manera que si quieres vender una escoba, antes tienes que espectralizarte en Meta. Y Zuck lo que nos dice a través de toda esta exhibición es que lo vamos a pasar en grande con esta duplicación del mundo, que inéditas experiencias se abren a nuestro sistema nervioso y que, en resumen, el lema es “¡Enjoy!”.
Sin embargo, en cierto momento Mark deja caer algo preocupante, y es que la instalación del Metaverso en nuestras vidas, como una carpa de circo o un domo cristalino que lo abarque todo, va a precisar de “nuevas formas de gobierno”. Mejor no tratar de ahondar aquí mucho en ello. Digamos tan solo que, por sobre los problemas de legalidad que se ha encontrado Facebook últimamente, puede ser que Zuck se huela que su hiperplataforma se va a convertir en un festín para los trolls. Así que, por el momento, lo que su megaspot nos vende en primera instancia son dos cosas, de las cuales la más llamativa es la teletransportación, como en Star Trek pero de mentira. Uno “salta al Metaverso”, dice, y lo que se encuentra es la taberna de Tatooine de A new Hope o un braimstorming en una oficina de mutantes. La segunda cosa que se nos ofrece es crear nueva realidad “tan sólo con pensarlo”, como el Dios de los hebreos o Vladímir Putin en Europa del Este. Novedades, novedades, el Metaverso es una cornucopia de novedades. ¡Ya es primavera en El Corte Metavérs! Novedades for the people: Mark no deja de hablar del servicio a la gente, la gente que esté cortada por el patrón de sus colaboradores y a los que lo que más les guste sea experimentar sensaciones limpias e inocentes como las de los niños -o sea, que el Metaverso no debería ser nunca como un LSD controlado y de pago, mucho cuidado con eso. Porque mediante las simulaciones de Meta también podrá viajarse en el tiempo, de manera que puedas personarte frente a la construcción de una catedral, pero sin oler los orines de las callejuelas aledañas…
Las gafas de realidad virtual apenas salen en el video, porque dan una fea impresión de estar como lobotomizado, vayamos poco a poco. Las de realidad aumentada -o “realidad mixta”- sí, son más presentables, y su función será también la de eliminar los orines que pudieran perfumar las catedrales. Por ejemplo, si vas por la calle y te cruzas con Michel Houllebecq echando humo como un sin techo tabaquista y concibiendo narraciones nauseabundas eso las gafas de realidad aumentada lo convierten por arte de magia en esa colaboradora de Zuck que se parece a la Kardashian y comercializa aromas. Pues este panorama afirma Zuck que es el futuro, el “siguiente capítulo” de Internet y de la Historia de la Humanidad. A mí, que soy un rancio, me parece más bien el siguiente paso de una perfectamente resistible -en expresión de Bertoldt Brecht- robotización del hombre: https://comunaslitoral.com.ar/nota/7344/la-robotizacion-del-hombre-por-el-hombre-en-el-caixaforum-de-madrid. O, como escribió mejor Marta Peirano (https://elpais.com/opinion/2021-11-20/facebook-propone-una-nueva-arquitectura-de-la-opresion.html):
Un feudo fuertemente centralizado donde los diferentes modelos de oficinas y universidades, polideportivos, guarderías y hospitales pagarán sus impuestos correspondientes y todos los acontecimientos, de las citas a las olimpiadas y las campañas políticas, estarán mediados por y sujetos a las leyes cambiantes e idiosincrasias de un solo individuo.
Fuente:
https://comunaslitoral.com.ar/nota/7467/metazuckerberg-el-video-promocional-de-meta
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