Óscar Sánchez Vadillo
171- Esos dueños de perro que por prisa o por comodidad tiran de la correa y semiestrangulan a su mascota para que acelere o cambie de dirección muy amigos de los animales no son…
172- ¿Por qué un actor como Humphrey Bogart, ni feo ni guapo, poquita cosa y con peluquín, supera con mucho en carisma (y desde luego en peso dentro de la historia del cine) a un Adonis rubio como Chris Hemsworth, que es un póster andante, todo un dios del trueno que jamás ha fumado?
172- Hablando de actores, Javier Bardem mostró una colosal altura humana, de esa que, no por hacerme el moralista diré que no queda, cuando no entró al juego del periodista que quiso hacer de su relación con Penélope una vulgar matrimoniada. Alguien así es el único criterio posible para escoger una pareja, y no ninguno de los que se cotizan más en el Tinder y redes de celestinaje semejantes.
173- Se ensayan muchas fórmulas como despedida de un difunto a fin de esquivar las frases rituales cristianas, pero en mi opinión no hay nada que mejor el tradicional “descanse en paz”. Cierto que a priori nadie preferiría esa paz a las escaramuzas de la vida, pero ya que se ha de morir, “paz” es precisamente lo que quiero, esa paz con el mundo y con uno mismo que es tan difícil o efímero conseguir en vida.
174- Solamente el necio separa valor y pecio.
175- La forma tosca de las rodillas traiciona incluso a las mujeres más bellas.
176- (Ejercer pero no ser) Ejerzo mi profesión, pero, desde luego, no la soy. Ejerzo mi paternidad, pero no se me puede pedir que me defina enteramente en ella, etc. Oponer un no-ser a cada una de las identidades socialmente configuradas es la liberación buscada, tanto actual como potencialmente, y verifica parcialmente la teoría de género actual. Por eso me cuesta admitir que otra identidad, u otro modo de subjetivación, pueda romper con alguna ganancia con las subjetivaciones previas. Se diría no más que cambiar de cadenas, o de herrero que te forja las cadenas. Sin embargo, constantemente ejercer, sin necesariamente ser, no renuncia en nada a las prácticas compartidas, todo lo contrario...
Por lo mismo, no me parece que esta propuesta vaya en contra de ninguna demostrada naturaleza humana, de nuevo una identidad puesta por el que sostiene el discurso -y cuando se habla de “demostración”, estamos ante el discurso del experto. Demasiadas veces en el pasado se ha apelado normativamente a esa esencia que poco después ha resultado no estar en ninguna parte, en cuanto alguien innovador ha logrado generalizar un estilo de vida distinto.
177- En cuanto a la ciencia… ¿qué lunático o majadero podría estar en contra de la ciencia? Yo no soy ningún foucaultiano, Dios me libre, y de los sesenta sólo me interesa mayormente la música. Pero además de la ciencia, tenemos hoy la Sociología de la Ciencia de gente como Bruno La Tour, ya fallecido, o la reflexión sobre tecnología de Langdon Winner. Todo esto también es conocimiento, y de existir algo así como evolución, que es más que discutible, esos estudios formarían parte de ella. La Ilustración consiste en el programa doble del control del uso legítimo de los principios científicos -Kant-, en primer lugar, y, luego, la crítica de las obras prácticas del Hombre con vista al cumplimiento de los fines generales de la Razón -Hegel-. Si se renuncia a cualesquiera de los dos, o a ambos, en nombre de un post-humanismo que deja el futuro de la especie en manos de la Voluntad de Poder (puesto que se afirma por todas partes que no hay esencia humana, esta será modificada por quien tenga la fuerza y el dinero para hacerlo, así de fácil; parece improbable que el criterio de los cambios genéticos vaya a ponerlo un africano), entonces el posmoderno es el trashumanista, y esa no es, en mi opinión, la mejor posmodernidad posible.
178- (Ética Universal) Supongamos que disponemos ya de esa “ética más racionalista” aplicada a la edición genética, lo cual no es fácil, porque no se ha producido el diálogo racional universal del bueno de Habermas, la declaración de los Derechos Humanos no es aceptada expresamente por México o China, por ejemplo, y, en general, el iusnaturalismo es precisamente un tipo de especulación que necesita de la fe en una esencia humana, porque si no de qué estamos hablando, de la ética de quién. Pero supongamos que ya la tenemos, como los gobernantes del Brave New World de Huxley. Probemos un primer paso, el más rudimentario: que se pueda elegir el sexo de los hijos. Inmediatamente, las mujeres dejan de nacer en las tres cuartas partes horriblemente machistas del planeta, lo cual, si se lee El siglo después de Beatrice, de Amin Maalouf, supondría con toda seguridad el final de la especie. Ahora supongamos que no, que una ética universal obliga, por la fuerza, a los marroquíes, por ejemplo, a tener niñas les guste o no. Entonces los marroquíes deciden hacer a sus niños más blancos, como Michael Jackson, porque así consiguen mejores trabajos en Europa -eso además de alargarles el pene, naturalmente. Pero no tienen medios para hacerlo, porque son más pobres que los norteamericanos, que serán, indefectiblemente, la población nacional más blanca del globo y con los penes más hermosos. Ser morenito de piel, entonces, se tornará la cosa más devaluada del mundo, más todavía que ahora, y no veo cómo una Ética Universal podría revertirlo. ¿Tendría que obligar, por la fuerza, a respetar todos los tonos de piel, incluido el morado, u obligar, por la fuerza, a los marroquíes a ser tan ricos como los norteamericanos? ¿Podría luchar, antes de eso, contra la comercialización -legal y clandestina- de la ingeniería genética en el horizonte del libre mercado?
Quiero decir, en suma: cuando tengamos el poder de que nuestros valores, que nada tienen de puros y poco de racionales, se conviertan en entidades vivas, ni Nietzsche podría imaginar el panorama que se abre. En mi opinión, Aldous Huxley no sólo no era tonto, sino que se quedó cortísimo…
179- El vacío es refractado por el Capital, como la luz en el prisma de Isaac Newton…
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